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Entrevista sobre Humanidades

Entrevista en Culturamas

“Las humanidades tienen un componente terapéutico”

Una entrevista de José Luis Trullo

 

Alfonso Lombana, doctor en Filología, es Investigador Marie Curie en la Universidad Complutense de Madrid. Además de su actividad docente, actualmente está realizando una investigación en profundidad acerca del humanista del renacimiento Jano Panonio (o Janus Pannonius, como se le conocía en la época). Fruto de esta ingente tarea de exhumación ya ha publicado dos libros, Fortiter in fide –un discurso que pronunció el autor ante el papa de Roma- y Un libro sobre Janus Pannonius, en el cual repasa los principales hitos de su biografía y su producción literaria. (...)

 

 

A la luz del perfil de Pannonius, ¿qué papel jugaba el humanista en la sociedad de su época?

¡Central! Su tío lo envió a Italia para estudiar con uno de los maestros más importantes que haya habido jamás: Guarino de Verona. Allí, Janus despuntó por su talento literario y su valía poética. De vuelta en Hungría, además, asumió responsabilidades políticas. Fue incluso embajador del rey ante la Santa Sede. Los discursos de esta legación, por cierto, están conservados en Sevilla también. Recientemente he tenido el honor de editarlos por primera vez y son una fuente inagotable e interesantísima, además de una obra literaria magistral

 

¿Pueden los intelectuales del siglo XXI aprender alguna lección de los humanistas del XV y el XVI? En tal caso, ¿cuál sería?

¡Sin duda! En primer lugar, creo que la gran lección que nos dan los humanistas del XV es su versatilidad. Lo vemos en Janus Pannonius: estudiante excelente, admirable traductor, brillante político… ¡y obispo de Cincoinglesias, una de las diócesis más importantes de su tiempo! Hoy en día cuesta encontrar personalidades con estas habilidades y capacidades.

 

¿Cuál es su opinión respecto a la vigencia de la gran tradición cultural europea? ¿Posee valores aún válidos? ¿Hay que revisarlos? ¿Cancelarlos?

Es una pregunta difícil… ¿cuáles son los valores de la gran tradición cultural europea? Creo que es importante huir de categorías y de espacios estancos. Los valores mutan, crecen, se emancipan. Además, la tradición siempre mira hacia adelante. Guarino de Verona, por ejemplo, rehuía las tradiciones medievales de su escuela y prefirió recuperar las obras de los primeros padres… o bendecir la poesía lasciva de Beccadelli antes que defender a Próspero de Aquitania. La tradición es irse dando la mano unos a otros, generosamente… pero siempre volando libres. La tradición nunca puede verse constreñida por el dictado del pasado. Ni revisarla, ni cancelarla. Oigamos estos valores, pensemos si nos gustan, pero dejémoslos volar sin apropiarnos de ellos.

 

Y en cuanto a los saberes, ¿estima que merece ser recuperado el modelo arquetípico del humanista renacentista, que priorizaba la utilidad social y la transversalidad intelectual por encima de la erudición científica y la especialización académica, o estima preferible proseguir con el que pone el énfasis sobre los aspectos más filológicos y técnicos?

Sin ninguna duda. Es más, creo que precisamente por este énfasis que usted dice hemos llegado al punto de estandarizar la afirmación de que las humanidades no tienen utilidad y que no sirven para nada. Pero, fíjese… en parte estoy de acuerdo, tal y como se estudian hoy las humanidades.

 

¿A qué se refiere?

El estudio de las humanidades es algo muy difícil, hay que saber muchas cosas. En términos contemporáneos hablamos de un sinfín de habilidades «duras»: conocimientos de lenguas, de filosofía, de historia, de crítica textual… Sin embargo, especialmente desde el siglo XIX, todas las «habilidades duras» necesarias para estudiar las humanidades han dejado de ser una herramienta para convertirse en un fin. ¿De qué sirve todo esto si queda sin aplicar o solo sirve para el regocijo personal?

 

De Culturamas, 23 de mayo de 2024. Entrevista completa: aquí.